CAP 24 (PARTE
1)
—¿Qué? —casi gritó el profesor
Martin al auricular del teléfono de su oficina.
En el otro extremo del campus,
Meagan, la ayudante del doctor Aras, se volvió hacia la pared para repetir el
mensaje en voz más alta.
—Le he dicho que al doctor Aras
le gustaría hacerle unas preguntas sobre el profesor Kaulitz y _____ Mitchell.
El profesor Kaulitz acaba de reconocer haber quebrantado varias normas
universitarias. Puede mantenerse al habla mientras pongo la llamada en modo
altavoz.
—Madre de Dios —susurró Jeremy,
abriendo y cerrando la boca como un pez fuera del agua.
—¿Profesor Martin? A los
miembros del comité les gustaría hablar con usted. —Meagan se volvió y miró a
su jefe.
—Voy ahora mismo para allá.
¡Dígale a su jefe que no mueva un dedo hasta que yo llegue!
Colgando el teléfono de golpe,
Jeremy salió de su oficina a la carrera, olvidándose de cerrar la puerta. Cruzó
el Queen’s Park, deteniéndose sólo para evitar ser atropellado por el tráfico y
llegó a la sala de conferencias del decanato despeinado, jadeante y muy
enfadado por estar en tan baja forma física.
—¡Deténganse! —exclamó,
abriendo las puertas con dramatismo, antes de apoyar las manos en las rodillas
para recuperar el aliento.
—Gracias por unirse a nosotros,
profesor Martin —lo saludó el doctor Aras, con ironía.
—He venido... tan rápido...
como he podido... ¿Qué... está pasando?
David Aras le hizo un gesto a
su ayudante para que le sirviera un vaso de agua al profesor Martin, que éste
aceptó agradecido. Mientras bebía, buscó con la mirada a Tom, que estaba
sentado estoicamente junto a su abogado.
El doctor Aras frunció el cejo.
—Parece que las cosas no
funcionan como deberían en su departamento. El profesor Kaulitz acaba de
confesar que acosó a la señorita Mitchell y que inició una relación sentimental
con ella mientras era todavía su alumna. Nos gustaría saber desde cuándo está
al corriente de esta situación.
—¿Perdón? —Jeremy se dejó caer
pesadamente en una silla.
—Nos dijo que el profesor Kaulitz
le había informado de su relación con la señorita Mitchell en algún momento de
este semestre, pero que no recordaba cuándo. Me pregunto si sabía que su
relación se inició el semestre pasado.
Jeremy frunció mucho el cejo.
—¿Que yo... qué?
—El profesor Kaulitz trató de
ocultar su relación trasladando la supervisión del proyecto y de los trabajos
de la señorita Mitchell a la profesora Katherine Picton —explicó el profesor
Mwangi—. ¿Estaba usted al corriente de todo esto? ¿Desde cuándo?
La expresión de Jeremy se
volvió muy seria.
—Con el debido respeto, ¿me
están juzgando a mí o a Tom? Me han dicho que querían hacerme preguntas
relacionadas con él y la señorita Mitchell. En ningún momento se me ha
comunicado que estuviese bajo sospecha. De otro modo, habría informado a la
Asociación de Profesores y habría venido acompañado por un representante del
sindicato.
El profesor Mwangi se dio cuenta de que se había quedado con
la boca abierta y la cerró de golpe.
—Profesor
Martin, no hace falta que se ponga a la defensiva —dijo el doctor Aras,
fulminando al profesor Mwangi con la mirada—. Sólo queremos saber si puede
aportar algo de luz a la declaración del profesor Kaulitz. Eso es todo.
»Luego
volveremos al tema de las fechas. Ahora mismo, lo que me interesa es este
correo electrónico que la señorita Mitchell envió al profesor Kaulitz, en el
que lo acusa de acoso y le anuncia que devolverá la beca M. P. Kaulitz. ¿Qué
puede contarnos al respecto?
Jeremy miró a Tom
de reojo. No tenía ni idea de qué lo había empujado a confesar. No tenía
sentido. Si no hubiera abierto la boca, el comité lo habría tenido muy difícil
para demostrar nada. Pero al haber hablado, había puesto su carrera a
disposición de quienes lo estaban juzgando, en un acto que sólo podía
describirse como un haraquiri académico. Y, además, lo había comprometido a él
con su confesión, lo que no le hacía ninguna gracia.
—No tenía
conocimiento de ningún acoso. Como catedrático de Estudios Italianos, me ocupo
de que las normas universitarias se cumplan escrupulosamente. —Con una mirada
en dirección a Meagan, añadió—: Y me gustaría que mi expediente administrativo
constara en acta.
Con un gesto,
el doctor Aras le indicó a su ayudante que accedía a su demanda.
—¿La señorita
Mitchell ha interpuesto una demanda por acoso? —preguntó Jeremy a los miembros
del comité.
Éstos negaron
con la cabeza.
—¿Puedo ver
ese correo?
Cuando el
doctor Aras asintió, Meagan le alargó una copia.
Mientras leía,
Jeremy trató de obtener alguna información del lenguaje corporal de Tom,
mirándolo de reojo de vez en cuando. Pero él permanecía inmóvil, mirando al
frente, abriendo y cerrando los puños. Imposible deducir qué mosca le había
picado.
—Dado que la
señorita Mitchell no lo denunció, supongo que es que cambió de idea. Tal vez
escribió el correo en un momento de enfado y luego, al reflexionar con calma,
se dio cuenta de que se había equivocado. No parece que se lo haya tenido en
cuenta más adelante. —Jeremy le devolvió la copia a Meagan.
—¿Qué sabe de
la beca? —preguntó la profesora Chakravartty.
Él se volvió
hacia David Aras para responder.
—En su
momento, informé al decano de que una organización filantrópica estadounidense,
cuyo nombre no recuerdo, se había puesto en contacto con nosotros, ofreciendo
una beca a una de nuestras alumnas. La fundación quería que la tuviera el
alumno con mejores calificaciones de nuestro departamento. Es todo lo que
recuerdo.
—¿Qué conexión
hay entre el profesor Kaulitz y la beca?
—Ninguna, que
yo sepa —respondió Jeremy, encogiéndose de hombros.
El profesor
Mwangi unió las manos y las apoyó encima de la mesa.
—Me cuesta
creerlo. Hay coincidencia de nombre, departamento y alumna. Son muchas
coincidencias. Además, la señorita Mitchell parece haber llegado a la misma
conclusión. ¿Por qué, si no, amenazaría al profesor con rechazarla?
Jeremy le
dedicó una sonrisa melancólica.
—¿Recuerda
cómo era su vida de estudiante? ¿Vivir a base de fideos y café por la falta de
sueño? Los estudiantes tienen todo tipo de conductas extrañas bajo esas
circunstancias. Estoy seguro de que todos nosotros hemos visto a los
estudiantes hacer cosas incluso más raras.
»Les aseguro
—continuó, señalando a Tom con la cabeza— que el profesor
Kaulitz no tiene ninguna relación con la beca. Yo fui quien
se la asignó a la señorita Mitchell y lo hice basándome en su expediente, ya
que es la alumna matriculada en el programa de cursos de doctorado con mejores
calificaciones. Si quieren saber más detalles sobre la fundación que patrocina
la beca, pueden hablar con Tracy, la encargada de las donaciones.
Tom hizo un
esfuerzo para disimular la sorpresa. No había esperado que su jefe lo
defendiera. Se removió en la silla y se pasó una mano por el pelo, esperando la
respuesta de Aras.
—No será
necesario —dijo éste, quitándose las gafas y mordisqueando una de las varillas,
pensativo—. Como ya sabe, el profesor Kaulitz ha asumido toda la
responsabilidad de su relación con la señorita Mitchell. Ha admitido que se
aprovechó de su vulnerabilidad, prometiéndole que se ocuparía de todo. La
aparición en escena de la profesora Picton, así como el nerviosismo de la
señorita Mitchell, parecen confirmar sus afirmaciones.
»Dado que el
profesor Kaulitz detentaba una posición de poder sobre ella y dado que varios
testigos han afirmado que el profesor fue muy duro con la joven a principios de
curso, ponemos en duda que su relación fuera consentida. —Al decir esto, se
volvió hacia la profesora Chakravartty, que asintió triunfalmente—. Por
consiguiente, nos inclinamos a perdonar su perjurio, ya que se cometió bajo
presión y desestimamos la demanda contra ella. A menos que usted tenga alguna
razón para que no lo hagamos.
CAP 24 (PARTE
2)
Tom dirigió
una mirada tan amenazadora a Jeremy que éste casi se encogió.
—No, no veo
ninguna razón para sancionar a la señorita Mitchell. —Incómodo, se tiró del
cuello de la camisa.
—Le
propondremos a la señorita Mitchell que considere presentar una demanda por
acoso. Aparte de eso, teniendo en cuenta que el profesor se ha mostrado muy colaborador,
no veo motivo para seguir alargando este asunto. Sin embargo, me pregunto si no
debería sugerirle al rector una investigación de oficio del Departamento de
Estudios Italianos. Hemos recibido una demanda de acoso de otra estudiante, la
señorita Peterson. Y la señorita Mitchell ha interpuesto a su vez una demanda
contra ella. Son muchos acontecimientos desafortunados para un solo semestre,
profesor Martin. ¿Qué está pasando en su departamento?
Jeremy
enderezó la espalda.
—Estoy tan
sorprendido y disgustado como usted. Pero no puedo entrometerme en la vida
privada de los miembros de mi departamento.
—No, pero
esperamos que garantice un entorno seguro para sus estudiantes, especialmente
para las mujeres. —El tono de la profesora Chakravartty era severo y
reprobatorio.
El doctor Aras
la interrumpió.
—A pesar de
todo, profesor Martin, soy consciente de su reputación intachable y de la buena
imagen de su departamento. Por eso me gustaría conocer su opinión sobre las
consecuencias que deberían tener estas infracciones de la normativa
universitaria. Le invito a que se reúna con nosotros mientras lo discutimos
—añadió, haciendo un gesto con la mano para que se acercase a la mesa.
Jeremy
carraspeó.
—Gracias. Pero
me gustaría hablar un momento con el profesor Kaulitz primero.
—Su testimonio
consta en acta. Meagan le proporcionará una copia de la transcripción.
—Dado que soy
su superior directo, me gustaría hacerle mis propias preguntas. Espero que,
como su catedrático que soy, no me niegue ese derecho.
El doctor Aras frunció el cejo.
—De acuerdo,
tiene cinco minutos.
Agradeciéndoselo
con una inclinación de cabeza, Jeremy se dirigió a la puerta, esperando a que Tom
se reuniera con él.
Tom rechazó el
intento de John de acompañarlo y se dirigió lentamente hasta su viejo amigo,
con los hombros hundidos.
—¿Qué coño has
hecho? —le preguntó Jeremy entre dientes, dando la espalda a la mesa.
—Iban a
aplazar la reunión para seguir investigando en profundidad. _____ habría
perdido la plaza en Harvard. Iban a sancionarla por fraude académico y
perjurio.
—¿Y qué
demonios crees que va a pasar ahora? ¡Pueden despedirte!
—Antes de
declarar, mi abogado ha pedido indulgencia. Aras ha accedido, siempre y cuando
no haya incurrido en ninguna actividad delictiva.
Jeremy se
frotó la cara con las manos.
—Así que has
ido y lo has soltado todo. ¿Estás mal de la cabeza? Deberías haberte quedado
calladito.
—¿Y arruinar
la vida de _____? ¡Nunca!
Jeremy lo miró
muy serio.
—Podrían
quitarte la plaza. Si te expulsan, ninguna universidad te contratará. Ya puedes
despedirte de tu carrera.
Tom se mantuvo
firme.
—No me
importa.
—¿Ah, no? Pues
a mí, sí. No pienso perder a uno de mis mejores profesores por culpa de una
alumna. Con los recortes que están haciendo, no podré sustituirte. Ya es
bastante grave que sólo podamos tener a un especialista en Dante. ¿Cómo iba a
ofrecer un programa decente sin ninguno?
—Eso no es
problema mío.
—Por supuesto
que lo es —replicó Jeremy—. _____, tú y esa... esa... Christa me estáis
desmontando el departamento. Incluso si me dieran permiso para buscar a alguien
que ocupara tu plaza, ¿quién va a querer venir a trabajar aquí cuando se corra
la voz de estas demandas?
—El doctor
Aras me ha prometido absoluta confidencialidad —susurró Tom, testarudo—. Por
eso he accedido a declarar.
Jeremy negó
con la cabeza.
—No lo
entiendes, ¿verdad? Soy tu amigo y me has hecho quedar como un idiota. Lo más
probable es que me investiguen para asegurarse de qué sabía y desde cuándo. Voy
a tener que presentarme ante Dios sabe cuántos comités y tribunales.
—Lo siento —se
disculpó Tom secamente.
—Es lo menos
que puedes hacer. Me has hecho quedar como un débil que permite que un profesor
depredador campe a sus anchas acosando a sus alumnas. Tienes suerte de que sea
Tara la que está en el comité y no la catedrática de Estudios Femeninos. Ésa te
habría hecho colgar por las pelotas en medio del campus.
Tom enderezó
la espalda.
—Les aseguraré
que tú no sabías nada y asumiré las consecuencias.
Jeremy dio un
paso hacia él y lo miró fijamente.
—No me vengas
con esos aires de mártir. Estás perjudicando a mucha gente con esa cruzada de
protección de tu conquista. No es sólo tu culo el que está en riesgo de recibir
una patada. El mío también. Y si nos echan a los dos, ¿quién crees que
protegerá a _____?
—Si tratan de
despedirme, los demandaré.
Jeremy puso los brazos en jarras.
—Será
demasiado tarde. En cuanto te despidan, las noticias llegarán a Harvard y la
reputación de _____ quedará manchada. Habrás destrozado su reputación, la mía y
la del resto de los profesores y alumnos del departamento. El escándalo nos
salpicará a todos. —Negó con la cabeza—. ¿Cómo has podido hacernos algo así?
En silencio, Tom
apretó los puños varias veces.
Tras maldecir
en voz alta, Jeremy se volvió, pero antes de que se alejara, él lo agarró del
brazo.
—Lo siento.
—Es demasiado
tarde para disculpas.
—No había
pensado en las implicaciones que tendría para ti ni para los otros. No he
pensado. —Con expresión atormentada, añadió—: Por favor, Jeremy. Ayúdanos.
Su amigo lo
miró sin dar crédito. El seguro profesor Kaulitz parecía desesperado y
asustado. Nunca lo había visto así.
—Has causado
mucho daño tratando de protegerla. Deberías haberlo negado todo.
—Pero entonces
la habrían sancionado a ella, o habrían alargado la investigación.
—Podría
haberse vuelto a presentar el año que viene.
—Pero la
habrían rechazado. Cuanto más se alargue la investigación, más posibilidades
hay de que la información se filtre y se difunda. La comunidad universitaria es
pequeña. Todo se acaba sabiendo.
—Por supuesto.
—Jeremy negó con la cabeza—. ¿Cómo se te ocurre tirarte a una alumna?
Tom se sulfuró
y dio un amenazador paso hacia adelante.
—No me la
tiré.
—No, claro.
Estamos todos jodidos sólo por un capricho de David Aras.
Con las aletas
de la nariz dilatadas, Tom se mordió la lengua para no responder.
Jeremy lo miró
con decisión.
—Mi prioridad
es el departamento, pero no quiero que nadie os perjudique ni a ti ni a _____.
Demasiadas mujeres han pagado ya las consecuencias de los apetitos de sus
profesores, ¿no crees?
Apretando los
labios, Tom permaneció en silencio.
—Te ayudaré,
pero a partir de ahora haremos las cosas a mi manera, ¿está claro? No voy a
arriesgarlo todo sólo para que vuelvas a cagarla en cuanto me dé la vuelta.
Él pensó unos
instantes antes de asentir.
—Pues ahora ya
únicamente tengo que convencer al doctor Aras para que se conforme con sólo un
trozo de tu cabellera y no exija arrancártela entera.
Sin
despedirse, se dirigió hacia la mesa, donde se unió al resto del comité en sus
deliberaciones.
Suspirando, Tom
dejó caer la cabeza.
HOLA!!! AQUI ESTA EL CAPS ... ESPERO LES GUSTE :)) PARA OLAYA ... TE DEJO MI WHATTSAPP SI QIERES PARA HABLAR :)) ME GUSTARIA TENER TU AMISTAD :)) ME CAES SUPER ... +52 1 287 124 96 71 .... O MI FACE : VIRGINIA MANZO GALLEGOS, ASI BUSCAME :)) BUENO, QUE ESTEN BIEN ... HASTA LUEGO
:O Wow no me esperaba q Tom confesara toda la verdad :S pobre Tom me imagino como se siente y todo lo hizo x defender a (Tn) se nota q la ama de verdad q lindoooo.. espero q Jeremy pueda hacer algo x ellos y mas xq es amigo de Tom, espero el proximo cap me encantooo virgii y ya veo xq dijiste q venia la parte mas triste de la historia :( seguirán juntos?? tengo esa duda bueh tendré q esperar los próximos caps a ver q pasa!!!!
ResponderBorrarAy Tom!? Me estresa esta situacion!!
ResponderBorrarSiguelaa.. Murro por saber q pasara!"
Holaaa, muchas gracias por subir y por confiar en mi, mira hagamos una cosa, te dejo el mio y cuando tengas tiempo me hablas, okey? Es que como estas ocupada no quiero molestar y cuando tengas un ratito me hablas, vale? Me caes super bien, (mi whatsapp es +34678288158) recuerda que soy de españa y si tardo un poquito en contestar es por culpa de la hora (8 horas mas aqui jajajaja) seguramente este durmiendo si tardo,
ResponderBorrarAhora mi comentario del cap:
Es muy tierno que se eche toda la culpa pero me da penitaaa, verás cuando ______ se enteré... yo creo que se enfadara, pero es un bonito detalle, no puedo esperar a subas jajajaja me tienes en vela, entro todos los dias parezco una psicópata jajajajajajaja naaa jajajajaja
Muchas gracias por confiar en mi y que sepas que me tienes aqui para ayudarte y escucharte en lo que necesites, aqui tienes una amiga:)
Y ya me callo Que me esroy poniendo pesada jajajaja
Sube cuando puedas porfisss♡
Por cierto, no tengo facebook, tengo
ResponderBorrartwitter: @OlayaZapico
Instagram: OlayaZapico
Y el whatsapp que ya te lo di jajajaja
Y ya sabes cuando tengas un rato libre hablame al wa y yo te contesto encantada jajajajaja
Me encantaría que fueramos amiga:)