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miércoles, 21 de mayo de 2014

.- EL EXTASIS DE TOM .- 7 (PARTE 1 y 2)

CAP 7 (PARTE 1)
Christa Peterson estaba en casa de sus padres, al norte de Toronto, revisando su correo electrónico unos días antes de Navidad. Llevaba una semana sin mirarlo. Una relación que había ido cultivando paralelamente a su intento de seducción del profesor Kaulitz había llegado a su fin, lo que significaba que no iría a esquiar a Whistler, en la Columbia británica, con su ex amante durante las vacaciones.
El banquero en cuestión había roto con ella con un mensaje de texto, lo que demostraba una falta de gusto evidente, pero lo peor estaba por llegar. Estaba convencida de que, como una bomba de relojería, en la bandeja de entrada la estaría esperando un correo electrónico de gusto aún más dudoso.
Se había dado ánimos con un par de copas de champán Bollinger añejo, que había comprado como regalo de Navidad para el gilipollas que se suponía que iba a llevarla a esquiar. Y, efectivamente, en la bandeja de entrada había una bomba, aunque no era la que había estado esperando.
Decir que el contenido del mensaje del profesor Pacciani la sorprendió sería quedarse muy corto. Sería más acertado decir que sintió que el suelo se abría bajo sus pies.
La única mujer canadiense por la que el profesor Kaulitz había mostrado algún interés era la profesora Ann Singer. Christa lo había visto en Lobby con varias mujeres, pero nunca repetía con ninguna. Tenía una relación cordial con varios miembros femeninos del profesorado y del personal no docente de la universidad, pero era una relación estrictamente profesional, como demostraban los firmes apretones de mano con que las saludaba. En cambio a la profesora Singer siempre la saludaba con dos besos, como en su última conferencia.
A Christa no le apetecía nada retomar su relación con el profesor Pacciani. Estaba tristemente poco dotado en el aspecto físico, así que qué interés podía tener ella en repetir unos encuentros físicos que la dejaban siempre frustrada. Después de todo, tenía sus baremos. Cualquier hombre que no estuviera como mínimo a la altura de su consolador, no merecía la pena.
(Y no le importaba decirlo en público.)
Pero quería obtener más información sobre la prometida del profesor, así que fingió estar interesada en la cita de primavera con el profesor Pacciani y trató de ser lo más sutil posible al preguntarle el nombre de la acompañante de Kaulitz. Luego bajó a la cocina y se acabó el resto del champán.

La víspera de Navidad, ____ estaba en la barra del restaurante Kinfolks, en Selinsgrove, comiendo con su padre. Tom estaba haciendo unas compras de última hora con Richard, mientras Rachel y Aaron habían ido a buscar el pavo y Scott estaba en Filadelfia con su novia.
John acababa de darle el regalo de Paul. Ella lo había dejado a sus pies y, desde allí, el paquete la miraba, reclamando su atención como un cachorrillo.
____ pensó que sería mejor que lo abriera allí, delante de su padre, en vez de más tarde, delante de su novio. Con una sonrisa, le regaló la botella de sirope de arce a John. Al ver la vaca de peluche, se echó a reír y le dio un beso, pero al ver las figuras de Dante y Beatriz palideció. ¿Sabía Paul más de lo que ____ creía? No, era imposible que supiera que Tom y ella eran Dante y Beatriz en la intimidad.
Mientras John se comía su plato combinado a base de pavo, mezcla de relleno y puré de patatas, ____ abrió la felicitación navideña. Mostraba una típica estampa de niños en medio de una guerra de bolas de nieve, sobre los que se leían las palabras «Feliz Navidad». Pero fueron las palabras de Paul las que le pusieron un nudo en la garganta.
Feliz Navidad, Conejito.
Sé que este primer semestre no ha sido fácil y siento no haberte ayudado más cuando lo necesitabas. Estoy orgulloso de que no abandonaras. Un abrazo fuerte de tu amigo de Vermont,
Paul
Posdata: No sé si conoces la canción de Sarah McLachlan Wintersong, pero un trozo de esa canción me hizo pensar en ti.
____ no sabía a qué canción se refería, así que las estrofas que había omitido en la carta no resonaron en su cabeza mientras examinaba la postal más detenidamente. En el centro de la guerra de bolas de nieve había una niña pequeña con el pelo largo y oscuro y un abrigo rojo, riendo contenta.
La canción, el dibujo, el texto de la postal, el regalo... Paul trataba de ocultar sus auténticos sentimientos, pero no lo conseguía. La imagen de la niña riendo y la letra de la canción, que escucharía más tarde, lo delataban.
Suspirando, lo guardó todo en la caja y volvió a dejarla a sus pies.
—Entonces —dijo su padre, entre bocado y bocado de pavo—, ¿Tom te está tratando bien?
—Me quiere, papá. Es muy bueno conmigo.
John negó con la cabeza, pensando en el contraste entre Simon —que había aparentado ser bueno para ____— y Tom —que era bueno con ella sin aparentarlo— y en cómo él había podido dejarse engañar por las apariencias.
—Si deja de serlo en algún momento, dímelo en seguida —dijo, probando el puré de patata.
____ casi puso los ojos en blanco. Era un poco tarde para jugar a ser un padre protector, pero suponía que era mejor tarde que nunca.
—Esta mañana hemos pasado por delante de la casa. He visto el cartel en el césped.
Él se limpió con la servilleta.
—La puse en venta hará un par de semanas.
—¿Por qué?
—No puedo vivir en un sitio donde mi hija no se siente segura.
—Pero tú creciste en esa casa. ¿Qué opina Deb?
John se encogió de hombros y escondió la cara tras la taza de café.
—Hemos terminado.
____ ahogó una exclamación.
—No lo sabía. Lo siento.
Él bebió el café estoicamente.
—Tuvimos algunas diferencias. Además, sus hijos no me aprecian.
____ jugueteó con los cubiertos, igualándolos.
—¿Deb se puso del lado de Natalie y Simon?
Su padre volvió a encogerse de hombros.
—Tenía que pasar tarde o temprano. La verdad es que me he quitado un peso de encima. Me gusta sentirme libre de nuevo. —Le guiñó un ojo con complicidad—. Estoy
buscando una casa más pequeña. Me gustaría usar parte del dinero que saque de la venta para colaborar en tu educación.
____ se sorprendió, pero pronto la sorpresa dejó paso al enfado. Su relación con Simon les había costado demasiado. Unos antecedentes penales y una sentencia de trabajos comunitarios no compensaban lo que su padre y ella habían perdido por su culpa. ____ tenía el alma llena de cicatrices y su padre había perdido su pareja y su casa de toda la vida.
—Papá, deberías guardar el dinero para la jubilación.
—Estoy seguro de que llegará para todo. Si no quieres usarlo en tu educación, gástatelo en cerveza. Desde ahora, lo importante somos tú y yo —concluyó, alargando la mano para revolverle el pelo, su gesto cariñoso preferido.
Cuando John fue un momento al servicio, ____ se quedó contemplando su hamburguesa de queso a medio comer y pensando en su transformado padre.
Estaba perdida en sus pensamientos, acariciando el borde del vaso de ginger ale, cuando alguien ocupó el taburete vecino.
—Hola, ____.
Sorprendida, ____ se volvió hacia la voz y se encontró con su antigua compañera de habitación, Natalie Lundy.
Hubo un tiempo en que ____ llamaba a su amiga Jolene, ya que sus rasgos hermosos y su cuerpo voluptuoso encajaban a la perfección con la mujer descrita en la canción del mismo nombre. Pero eso fue antes de que ella la traicionara. Ahora su belleza le parecía dura y fría.

CAP 7 (PARTE 2)
Al mirarla con más atención, algo le llamó la atención en su modo de vestir. El abrigo de estilo vintage tenía las mangas gastadas y sus botas parecían caras, pero de segunda mano. A primera vista, parecía ir bien vestida, pero si uno se fijaba, tras la ropa veía a una chica de pueblo que quería dejar atrás sus orígenes humildes.
—Feliz Navidad, Natalie. ¿Qué te traigo? —preguntó Diane, la camarera, inclinándose sobre la barra.
____ observó cómo se trasformaba su antigua amiga. De fría y dura, pasó a ser alegre y chispeante. Hasta el acento le cambió.
—Feliz Navidad, Diane. Sólo café. No puedo quedarme mucho rato.
Sonriendo, la camarera le llenó el vaso y luego se acercó a un grupo de bomberos voluntarios amigos de John. En cuanto se hubo alejado, la actitud de Natalie cambió de nuevo bruscamente. Miró a ____ con ojos llenos de odio.
—Tengo que hablar contigo.
—Nada de lo que puedas decirme me interesa.
Trató de levantarse, pero Natalie se lo impidió sujetándola por la muñeca.
—Siéntate y escucha o montaré un número —la amenazó en voz baja, casi susurrando, mientras esbozaba una falsa sonrisa.
Nadie que las mirase podría adivinar que la estaba amenazando. ____ tragó saliva y se sentó.
Natalie le soltó el brazo, no sin antes castigarla con un apretón.
—Tenemos que hablar de Simon.
Ella miró hacia los servicios, esperando que su padre apareciera pronto.
—Quiero creer que tu reciente malentendido con él no fue intencionado. Estabas disgustada, Simon dijo cosas que no debió decir y llamaste a la policía. Pero por culpa de esa llamada, ahora tiene antecedentes penales. Supongo que entenderás que deberás retirar la denuncia antes de que sean las elecciones para el Senado. Tienes que aclarar el malentendido. Hoy mismo.
Y dicho esto, sonrió y le retiró el pelo por encima del hombro, como si
estuvieran manteniendo una conversación entre amigas.
—No puedo hacer nada —murmuró ____—. Ya se ha declarado culpable.
Natalie bebió un sorbo de café.
—No me trates como si fuera idiota, ____. Ya lo sé. Obviamente, tienes que decirle al fiscal del distrito que mentiste. Explícale que no fue más que una riña de enamorados. Que ya conseguiste lo que querías, que era vengarte de él, y que ahora te arrepientes de habértelo inventado todo. —Se rió exageradamente—. Aunque, francamente, no entiendo qué ve Simon en ti. Mírate, por el amor de Dios. Tienes un aspecto espantoso.
Ella se mordió la lengua para no decirle lo que opinaba. El silencio le pareció lo más prudente.
Natalie se inclinó y le apartó un poco el cuello alto del jersey con dedos helados.
—No te quedan marcas. Muéstrale el cuello al fiscal y dile que te lo inventaste todo.
—No.
____ se apartó, resistiendo la tentación de enseñarle la cicatriz, que llevaba cubierta con maquillaje. Se subió el cuello del jersey aún más arriba, llevándose una mano al lugar donde Simon la había mordido. Sabía que era un dolor fantasma, pero eso no hacía que dejara de sentir sus dientes desgarrándole la piel.
Natalie bajó la voz todavía más.
—No te equivoques. No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando. —Abrió su enorme bolso y sacó su BlackBerry, que dejó en la barra, entre las dos—. Esperaba no tener que recurrir a esto, pero no me dejas elección. Tengo fotos tuyas, fotos que te hizo Simon. Son muy... explícitas.
Ella miró el teléfono con desconfianza. Trató de tragar saliva, pero se le había secado la boca. Se llevó el vaso a los labios, procurando que la mano no le temblara.
Natalie sonrió, disfrutando de la reacción de su antigua amiga y ahora rival. Cogió el teléfono y empezó a pasar las fotos.
—No entiendo cómo pudo tomarlas sin que te enteraras. O tal vez lo sabías y no te importaba. —La miró ladeando la cabeza y entornando los ojos—. ¿Te gustaría que las viera todo Selinsgrove?
____ miró a su alrededor, esperando que nadie hubiera oído su amenaza. Al menos, nadie las estaba mirando. Su primer impulso fue salir corriendo y esconderse, pero esa estrategia no le había dado buenos resultados en el pasado. Su madre siempre la encontraba. Y Simon la habría alcanzado si Tom no lo hubiera impedido enfrentándose a él.
Y además estaba harta de esconderse. Sintió que la espalda se le enderezaba.
—Que Simon tenga antecedentes es culpa tuya. Vino a verme buscando esas fotos, pero las tenías tú.
Natalie sonrió con dulzura, sin molestarse en negar sus acusaciones.
—Y ahora quieres que yo te saque las castañas de fuego. Pues no pienso hacerlo —añadió ella.
La otra se echó a reír.
—Oh, sí. Sí que lo harás. —Volvió a mirar a la pantalla, acercándosela a los ojos exageradamente—. ¡Dios, qué tetas tan pequeñas tienes!
—¿Sabías que el senador Talbot quiere presentarse a la presidencia del país? —contraatacó ____.
Natalie se echó el pelo hacia atrás.
—Por supuesto que lo sé. Voy a colaborar en su campaña.
—Claro, ahora lo entiendo. La denuncia contra Simon supondrá un borrón en el
expediente del senador, así que ahora quieres hacerla desaparecer. Pues la has jodido bien.
—¿A qué te refieres?
—Si cuelgas esas fotos en Internet, Simon te dejará tan rápidamente que ni lo verás alejarse. Y con él se irá tu oportunidad de salir de este pueblo.
Natalie le quitó importancia a sus palabras con un gesto de la mano.
—No me dejará. Y el senador nunca se enterará.
A ____ se le aceleró el corazón.
—Si yo salgo en esas fotos, Simon tiene que salir también. ¿Qué crees que opinará su padre?
—¿No has oído hablar del Photoshop? Puedo borrar a Simon y poner la cara de otra persona. Pero no va a hacer falta, porque te vas a portar como una niña buena y vas a hacer lo correcto. ¿No es cierto, ____?
Con una sonrisa condescendiente, Natalie se guardó el teléfono en el bolso y se levantó para irse.
—Nunca te presentará a su familia —le advirtió ____—. Me lo dijo él mismo. No pierdas el tiempo siendo el secreto sucio de Simon. Puedes aspirar a algo mejor.
Natalie pareció dudar, pero en seguida se recuperó.
—No sabes lo que dices —exclamó—. Simon va a hacer exactamente lo que yo le diga. Igual que tú. Si no arreglas esto hoy mismo, colgaré las fotos. Que tengas felices fiestas.
Y se dirigió hacia la puerta.
—¡Espera! —la llamó ____.
Natalie se volvió y la miró sin disimular su desprecio.
Ella respiró hondo y le pidió que se acercara.
—Dile a Simon que se asegure de que el senador tiene al día su suscripción de The Washington Post.
—¿Por qué?
—Porque si subes esas fotos a Internet, llamaré a Andrew Sampson, del Post. ¿Te acuerdas de él? El año pasado escribió un artículo sobre la detención de Simon por conducir borracho y la posterior intervención del senador.
Natalie negó con la cabeza.
—No te creo.
____ apretó los puños con decisión.
—Si cuelgas las fotos, no tendré nada que perder. Contaré al periódico la historia completa del asalto de Simon, sin olvidarme de que luego mandó a su chica a chantajearme.
Su antigua amiga abrió mucho los ojos, pero luego volvió a cerrarlos tanto que se le convirtieron en dos rendijas.
—No te atreverías —musitó con los dientes apretados.
—Ponme a prueba.
La otra la miró con una mezcla de furia y sorpresa.
—La gente lleva años pisoteándote y no has movido un dedo para defenderte. No me creo que vayas a llamar a un periodista para contarle tus intimidades.
___ levantó la barbilla.
—Tal vez me he hartado de que me pisoteen —Se encogió de hombros, concentrándose en que no le temblara la voz—. Tú eliges. Si cuelgas las fotos, nunca trabajarás para el senador. Sólo formarás parte de un escándalo que se apresurarán a esconder debajo de la alfombra.
La piel de Natalie pasó de su tono marfileño habitual a un rojo encendido.
___ aprovechó su silencio para seguir hablando.
—Si me dejas en paz, me olvidaré de vosotros. Pero nunca mentiré sobre lo que me hizo Simon. Ya he mentido demasiadas veces para cubrir sus errores. No pienso hacerlo nunca más.
—Estás furiosa porque él me eligió a mí —exclamó Natalie, olvidándose de hablar en voz baja—. ¡No eres más que una niñata débil y patética, que ni siquiera sabe hacer una mamada en condiciones!
El profundo silencio que se hizo en el restaurante les indicó que los demás clientes habían oído esas últimas palabras.
Al mirar a su alrededor y ver que todas las miradas estaban clavadas en ella, ____ se sintió profundamente humillada. Todos los presentes habían oído la acusación de Natalie, incluida la esposa del pastor baptista, que estaba sentada tranquilamente en un rincón, tomando un té con su hija adolescente.
—Ya no te sientes tan segura, ¿no?
Antes de que ____ pudiera responder, Diane apareció a su lado.
—Natalie, vete a casa. No puedes hablar así en mi restaurante.
La chica se alejó no sin antes mascullar unas cuantas maldiciones.
—Esto no quedará así.
—Si sabes lo que te conviene —contestó ____ levantando la barbilla—, así es exactamente como quedará. Eres demasiado inteligente como para arriesgar tu futuro por una estupidez. Vuelve con él y déjame en paz.
Natalie la fulminó una última vez con la mirada antes de salir del local dando un portazo.
—¿Qué pasa? —preguntó su padre, a su espalda—. ¿____? ¿Qué ha pasado?
Diane respondió por ella, ofreciéndole a John una versión algo cambiada de lo sucedido.
Maldiciendo entre dientes, él apoyó una mano en el hombro de su hija.
—¿Estás bien?
Ella asintió débilmente antes de desaparecer en el servicio de señoras. No sabía cómo iba a ser capaz de mirar a la cara a la gente del pueblo después de lo que Natalie había dicho. Se agarró al lavabo con ambas manos para contener las náuseas.
Diane la siguió. Mojó una toalla en agua fría y se la dio.
—Lo siento, ____. Le tendría que haber dado una bofetada. No me puedo creer lo que ha dicho.
____ se mojó la cara con la toalla, en silencio.
—Cariño, nadie más que yo la ha oído. Estaban todos muy ocupados comentando que el Papá Noel del centro comercial se emborrachó ayer a la hora de la comida y trató de meterle mano a uno de los elfos.
____ se encogió.
La mujer le dedicó una sonrisa comprensiva.
—¿Quieres que te prepare una infusión?
Ella negó con la cabeza y respiró hondo.
«Si hay algún dios por aquí cerca, por favor, que toda la gente que está en el restaurante sufra de amnesia temporal. Con los últimos quince minutos me sirve.»
Poco después, volvió a sentarse junto a su padre a la barra. Mantuvo la cabeza baja, tratando de evitar el contacto visual con nadie. Era demasiado fácil imaginárselos a todos comentando sus pecados y juzgándola.
—Lo siento, papá —dijo en voz muy baja.
Frunciendo el cejo, John pidió más café y un donuts relleno de mermelada.
—¿Qué es lo que sientes? —preguntó malhumorado.
Tras llenar la taza de John, Diane le apretó el brazo a ____ para darle ánimos, antes de irse a servir las mesas para que ellos dos pudieran hablar tranquilos.
—Todo es culpa mía. Lo de Deb, lo de Natalie, lo de la casa... —No quería llorar, pero no pudo evitarlo—. Te he avergonzado delante de todo el pueblo.
John se inclinó hacia ella.
—Eh, no quiero oírte decir esas tonterías. Nunca me has avergonzado. Al contrario, estoy muy orgulloso de ti. —La voz se le quebró un poco y carraspeó para disimular—. Protegerte era mi responsabilidad y no lo hice.
____ se secó una lágrima.
—Pero te he estropeado la vida.
Él resopló.
—Tampoco es que mi vida fuera gran cosa. Prefiero perder la casa y perder a Deb que perderte a ti. No hay color.
Empujó el donuts hasta que quedó frente a ____ y aguardó hasta que ella le dio un mordisco.
—Cuando conocí a tu madre, fui muy feliz. Pasamos unos cuantos años muy buenos juntos. Pero el mejor día de todos fue cuando tú naciste. Yo siempre había querido tener una familia. No voy a permitir que nada ni nadie vuelva a separarme de ti. Te doy mi palabra.
Cuando ____ sonrió, John se inclinó hacia ella y le revolvió el pelo.
—Me gustaría pasar un momento por casa de Deb para contarle lo que ha pasado. Tiene que enseñar a su hija a comportarse en público. ¿Por qué no llamas a ese novio tuyo para que venga a buscarte? Nos vemos en casa de Richard dentro de un rato.
Secándose las lágrimas, ____ asintió. No quería que Tom se diera cuenta de que había estado llorando.
—Te quiero, papá.
Él se aclaró la garganta, con la cabeza baja.

—Yo también. Y ahora, acábate el donuts antes de que Diane empiece a cobrarnos alquiler.



HOLA!! UNA DISCULPA POR NO HABER SUBIDO AYER PERO ES QUE YA ERA TARDE Y PREFERI MEJOR DORMIR ... JAJAJA ANDO LLEGANDO CANSADA DEL TRABAJO Y TENIA MUCHO SUEÑO ... PERO AQUI ESTA ... ¿QUE LES PARECIO EL CAPS? ... BIEN O MAL ... COMENTEN LOS 4 O MAS COMENTARIOS, HASTA PRONTO :))

4 comentarios:

  1. Me encanto, como es posible q Natalie le haya gritado de esa forma en publico a (Tn) es una abusadora y amenazándola con publicar esas fotos q Simón pensaba q tenia (Tn) y resulta ser q las tiene Natalie hayy es una trepadora me cae super mal.. Oye quiero saber q pasara en el proximo cap cuando Tom vea el regalo q le dio Paul a (Tn) q dirá y mejor dicho q hará?? jajaja me muero x saber xfiis sube mañana me muero x leer el cap 8!!!!

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  2. oh ww!! esa Natalie es realmente una estupida ._. ya no se que esperar de las bitches de esta novela D: espero que no pase nada malo (como siempre) aunq un poco de drama no estaria mal :P hahaha me sigue gustando :3 realmente esta es la unica que leo de Tom ya que de las otras que leo no suben asi que enserio gracias por tomarte el tiempo :3 (yo mas que nadie se lo dificil que es escribir y subir a tiempo D:) bye :)

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  3. Crista ya va a atacar!! Lo presiento.

    Hahahaha Natali pibre de ti. (tn) te puso en su sitioo..

    Tom se enterara de estoo??

    Siguelaa.. :) ay cuando uno trabaja solo quiere dormir .. Te entiendo xD

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  4. En este capitulo apenas salio tom hahahaha lo eche de menos hahahajajajaja maldita natalie, la odio agggghgg
    Siguelaaaaaa por fissss ya cumplimos, las 4 hahahahahahaja

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